Crítica de la octava temporada de ‘Mujeres desesperadas’. Parecía que el momento nunca iba a llegar y cuando menos nos los esperábamos estamos en mayo y ‘Mujeres desesperadas’ ha tenido su episodio final. Y nosotros tenemos que aguantarnos y pensar que no vamos a volver a verlas.
‘Mujeres desesperadas’ nació como una serie revolucionaria, se ha mantenido estable en las tramas (con algunos altibajos al final) regalándonos momentos increíbles a lo largo de ocho años. Ahora vamos a ver lo que nos ha dejado esta temporada y sobre todo el final de la serie. [Contiene spoilers].
El misterio de la última temporada se centró en el asesinato de Alejandro a manos de Carlos, lo cual supuso primero la unión de las chicas y después la separación y enfado entre ellas. Pero es acertado que en la última etapa la acción se centre en ellas, ya que Gaby, Lynette, Bree y Susan siempre han sido las protagonistas absolutas de la trama.
Dado que ‘Mujeres desesperadas’ daba sus últimos coletazos hemos tenidos diversas visitas a lo largo de la temporada. Orson hizo su aparición como el autor material de la nota que recordaba a la primera temporada; Julie llegó con la sorpresa de su embarazo de nada más y nada menos que Porter; y Katherine solo quiso pasar por Wisteria Lane para ofrecerle un trabajo a Lynette en Nueva York.
Han sido muchos más, pero ellos son a quienes más recordamos y sus apariciones han tenido una cal y otra de arena. Katherine no convenció con un momentáneo lesbianismo y su éxito triunfador en Francia; mientras que Julie suplió el hueco que había dejado Mike en la vida de Susan. Una muerte innecesaria y para mí el error más grande de toda la temporada.
El caso se ponía cada vez más feo ya que las pruebas apuntaban directamente a Bree como autora material de Alejandro (Ramón Sánchez), pero Karen McCluskey dio un giro al caso cuando confeso ser la autora. Quizás se resolvió de manera muy benévola para las implicadas ya que Bree se libra y Karen no es acusada de nada dado el estado tan avanzado de su enfermedad.
Y llegamos a esa promesa no cumplida. Lynette, Susan, Bree y Gaby juegan una última vez al póker y prometen volver a verse muy pronto. Pero ninguna cumple con ello cuando Susan es la primera en abandonar Wisteria Lane, y es ese barrio lo que les unía y cuando cada una sigue su camino no hay nadie que pueda hacerlas regresar.
Susan se marcha con Julie para ayudarla con su nieto y que acabe la escuela de medicina; Lynette se muda a Nueva York y llegara a ser una gran directora de la empresa de Katherine en Estados Unidos; Gaby tendrá su propio programa de televisión; y Bree se convertirá en política.
A veces el éxito no tiene por qué estar ligado con el buen hacer de las personas, aquí han preferido que todas lleguen a triunfar sin fijarse a veces en la familia o en los amigos, que es lo realmente importante. Igualmente ‘Mujeres desesperadas’ se ha ido, se ha marchado para no volver y yo me siento satisfecho con lo que he visto durante ocho años; intentaré recordar los buenos momentos, las risas y los lloros que hemos vivido durante tanto tiempo.