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Crítica de la primera temporada de ‘Awake’. La serie se estrenó en la mid season de NBC, y para mí se convirtió en una de las series de policías que más me había atraído últimamente (junto con la increíble ‘Homeland’) ya que estamos cansados de las de siempre.
‘Awake’ ha tenido una primera temporada corta pero muy intensa, con sus altibajos, con tramas bastante enrevesadas pero que han sabido llevar a cabo con sabiduría hasta el momento final de la primera y (desgraciadamente) última etapa. [Contiene spoiler].
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La historia comienza con Michael Britten como protagonista absoluto de la trama. El detective de Homicidios tiene un accidente de coche y se despierta cada día con un resultado traumático a su alrededor. En una realidad es su mujer quien está muerta y en la otra es su hijo quien falleció en ese coche.
Realmente él no sabe qué es verdad, qué es un sueño o si está viviendo una historia real. Lo que parece increíble es la conexión que tienen ambas realidades: lo que hace en una tiene su efecto en la siguiente con nombres, personajes, actitudes y consecuencias muy diferentes de uno lado a otro.
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Parecía que la realidad de Hannah era la correcta, y cuando estaba con Rex solamente deseaba que volvería su hijo (en forma de sueño), su primogénito al que ha empezado a entender justamente cuando su mujer desapareció. Finalmente la duda continúa, puesto que Michael está implicado a partes iguales con su familia.
Los guionistas han sabido tratar a ‘Awake’ con paciencia y una buena dosis de intriga que a mí personalmente me ha terminado enganchando. En los últimos episodios descubrimos que el accidente de coche no fue tal, sino provocado por un policía ‘corrupto’ (con más al mando, entre ellos su jefa) que quería esconder el trafico de la droga robada en los departamentos de policía.
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Y 13 episodios después creo que no he entendido el final, un final cerrado que da cuenta de que ‘Awake’ tenía la posibilidad de no regresar. Michael se despide de Hannah porque en la realidad con Rex es en la única que puede encontrar justicia contra Tricia (su jefa).
Quiere creer por encima de todo que hay otro sueño, una tercera realidad en el que Hannah y Rex están vivos y entonces… sucede. Todo se queda paralizado, Britten se ‘despierta’ sin ninguna pulsera identificativa (de las relialidades) y con su familia al completo. No se sabemos si es realidad, si es ficción, si todo ha sido un sueño, si lo que ha vivido ha sucedido realmente o es una ‘base’ para lo que está a punto de ocurrir. Pero Michael encuentra lo que quería, lo que deseaba: volver a juntar a su familia.
