Crítica de la sexta temporada de ‘Dexter’. También me disculpo por la tardanza de esta crítica, puesto que la serie acabó hace tiempo pero es ahora cuando mejor puedo desentramar lo que ha supuesto para mí la sexta temporada de ‘Dexter’.
Nos prometieron que esta nueva etapa que iba a suponer el regreso de Dexter a los inicios de la serie, a sus origenes, tal y como han hecho otras ficciones a lo largo de los años. El caso es que yo no he visto tal misterio asegurado por los productores de la misma, que han intentado volver sobre sus pasos. [Contiene spoilers].
Lo cierto es que desde la muerte de Rita al final de la cuarta temporada no puedo decir que la serie haya sido la que era. La quinta traía a Julia Stiles como un fichaje más que acertado y donde Dexter quería demostrar que no era el único con el ‘pasajero oscuro’ en su interior. Un error previsible cuando el personaje consigue su venganza y desecha una vida junto a Morgan.
La religión ha sido el tema principal en el que se ha movido Dexter en esta ocasión, un tema a veces recurrente pero que no ha obtenido la relevancia de otras temporadas donde el protagonista ha tenido que recapacitar entre la creencias o no en la fe más allá de las cosas; algo absurdo para un asesino en serie como él.
‘Dexter’ se ha ido repitiendo en las últimas temporadas con asesinos en serie que son capturados en el último momento. Es un recurso aceptable e intrigante que deberían cambiar ya que no siempre se van a presentar los mismos problemas; menos mal que han entrado en escena los problemas paternos con Harrison y el ascenso de su hermana como jefa para presentar la evolución de algunos personajes.
La sexta temporada no ha estado mal, yo la he visto con muchas ganas… pero no es el Dexter que era y no han conseguido redimirle. Lo cierto es que el minuto final salva su argumento, cuando Debra descubre quien es en realidad Dexter: un asesino; lo cual supondrá inquietantes tramas para la séptima temporada.